• El cerebro tras  el bombardeo de nubes
    El cerebro tras el bombardeo de nubes
Ha sido parte de casi todos los procesos de estimulación de precipitaciones que se han desarrollado en Chile. Su esposo fue uno de los pioneros en la materia y hoy busca continuar con su legado.

Es, sin duda, una de las mujeres del país que más sabe del método de estimulación de precipitaciones. De hecho ha sido parte de todos los procesos que se han desarrollado en nuestro país. María Ester Baeza Aguayo hoy es la gerente de operaciones de la RG Aircraft Ltda., empresa encargada del bombardeo de nubes en las regiones de Coquimbo y Atacama.
Por estos días está completamente abocada a recibir toda la implementación necesaria para empezar cuanto antes el proceso de estimulación de nubes. Pero su historia se remonta a la década de los 80, cuando junto a su esposo, el piloto civil Raúl Pizarro Espinosa, crean la empresa Centro Privado de Servicios Aéreos – CEPRISER.
Esta empresa, pionera en su tipo en Chile, ha desarrollado el programa de estimulación de nubes desde Arica hasta Puerto Montt, incluso han salido de nuestras fronteras, realizando un programa en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.
Uno de los momentos más duros para María Ester Baeza se produjo el 9 de noviembre de 2009, cuando su esposo perdía la vida mientras se dirigía en su moto al hoy desaparecido Aeródromo de Tobalaba en la comuna de la Reina, Santiago. Todos quienes le conocieron dicen que era un enamorado de su profesión.
Hoy, María Ester Baeza pone toda su experiencia y el legado de su esposo en este nuevo desafío. En medio de uno de sus ajetreados días con su equipo, el Día conversó con ella.
-¿Cómo llega a trabajar en el tema del bombardeo de nubes?
-Nosotros nos iniciamos con el CEPRISER que era la antigua operadora que funcionó normalmente hasta el año 2009, a lo largo de todo el país y en Bolivia, para las Naciones Unidas. Comenzamos siempre en la zona norte. Operamos básicamente entre Arica y la Quinta Región en forma permanente. Con interrupciones, por políticas ajenas a la empresa. Dejamos de funcionar el 2009, cuando muere nuestro director Raúl Pizarro (su esposo), y ahora nos hemos reactivado.
-¿Cuál es el equipo que conforma este programa?
-Hemos tenido que contratar el servicio de terceros, como Hidromet, que también es una empresa experta en estimulaciones como el sistema terrestre, Lasa como operadora de aviación en Chile y nosotros RG, que somos los ex integrantes de Cepriser que nos hemos reunido para dar inicio al proyecto.
-¿Ustedes fueron pioneros en este tipo de programas en Chile?
-Anteriormente hubo algunos trabajos en la estimulación y fue el proyecto Meta en los años 70. Ahí participó directamente el Gobierno de esa época y se trajo a expertos norteamericanos, que era la empresa Wheather Modification. Ahí mi esposo tuvo la posibilidad de vincularse con ellos y ver este trabajo que es muy calificado, especializado y riesgoso. Aún así, vio un nicho de un trabajo de una utilidad que va mucho más allá de una simple ganancia de una empresa. Deja un gran beneficio a la toda la comunidad.
-¿En esos años era algo loco o extraño cuando decían que querían bombardear las nubes para hacer llover?
-Era algo muy desconocido, nos costó un buen tiempo y muchos recursos económicos y tener que viajar a Estados Unidos y trabajar un programa completo en Kansas, para lograr entrenar a los primeros pioneros en Chile en este trabajo. Fueron directamente entrenados allá.
-¿Cómo fueron los resultados en los programas que se desarrollaron por esos años?
-Los porcentajes de beneficios se basaron en los experimentos que se hicieron en Estados Unidos, específicamente en General Electric. Ellos fueron los pioneros en medir la cantidad de agua extra producto de una siembra aérea. Nosotros acá en Chile, como los ejecutantes del programa, no medimos fehacientemente esa cantidad de agua extra. En Chile, con las condiciones de la zona norte entre un cinco, ocho y en oportunidades un 10%. Esa proporción va en directa relación al área que se realiza. Hacia el sur esas probabilidades aumentan. Pero ese cinco por cinco para la zona norte significa, como dijo el propio ministro de Agricultura, dos embalses.
-La última experiencia fue en Copiapó. ¿Qué significa para usted liderar con un nuevo equipo este programa?, ¿Siente que es el legado de su esposo?
-Para mí es tan importante porque, sin duda, es su legado, su esfuerzo. El puso toda su vida para esto. Estaba comprometido con todos sus clientes y con los usuarios, era mucho más que un simple negocio, ésta era su vida. Desde el punto de vista técnico nos llena mucho más de orgullo el ser ejecutantes por el beneficio que da a toda la población.
-¿Fue muy difícil conformar el actual equipo de trabajo?
-CNR de de Santiago nos solicitó que tratáramos de reencontrar a todas las personas con las que habíamos trabajado en programas anteriores y gracias a Dios fue posible. Hidromet Limitada, que está dirigida por Miguel Martínez, en los años 80 fue trabajador nuestro. Tiene mucha experiencia en estimulación terrestre. Augusto Llanos, que ha sido nuestro pionero y experto meteorológico, trabaja actualmente en la Escuela Técnica Aeronáutica, es profesor y nos apoyará en la dirección general desde Santiago. Y está don Pedro Reynolds, que es nuestro gerente general de RG, y quien ve la parte de soporte aéreo y siempre fue nuestro proveedor de la parte aeronáutica. Y Lasa, que es una empresa aerocomercial chilena y es la primera vez que va a participar.
Este martes se podría realizar uno de los primeros vuelos en la zona en el marco de este programa de estimulación de nubes. De esta manera las autoridades quieren dar -acompañados con la prensa- el inicio oficial. Desde ese momento se inicia la cuenta regresiva de este proceso que busca paliar en parte la intensa sequía que afecta a la región.
 

 

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