• En la actualidad, Pablo Alegre realiza sus funciones profesionales luego de recuperar el empleo que había perdido tras ser detenido con falsas acusaciones.
    En la actualidad, Pablo Alegre realiza sus funciones profesionales luego de recuperar el empleo que había perdido tras ser detenido con falsas acusaciones.
Pablo Alegre dice vivir tranquilo y en familia, pero cree que quienes le levantaron falsas acusaciones tienen que hacerse responsables y ha iniciado una serie de acciones legales, incluso en contra de la fiscala que lo persiguió penalmente, por considerar que actuó incluso al margen de la ética profesional.

Pablo Alegre, un funcionario público al que le tocó vivir la peor de las pesadillas cuando su exesposa, Joselyn Fuentealba, lo acusó falsamente de abusar de sus hijos de 2 y 6 años respectivamente, en la actualidad no sólo vive tranquilo y recuperó su trabajo, sino que ha vuelto a rearmar su vida y tiene la tuición de sus hijos, mientras que la madre de los menores tiene orden de alejamiento por ser considerada un peligro para los menores.

El drama que le tocó vivir a Pablo Alegre, quien estuvo por 18 meses en prisión injustamente, se inició en el mes de junio de 2012, cuando por problemas que tenía con su pareja ésta lo denunció a la policía acusándolo de que abusaba de sus dos hijos.

Tres días después de esta denuncia, funcionarios de la PDI llegaron a su departamento para detenerlo y ponerlo a disposición de los tribunales. Era el 26 de junio de 2012 y la pesadilla que se prolongó por más de un año y medio, antes de ser declarado inocente por los tribunales, se desataba en la vida de este profesional.

Después de eso vino una serie de acusaciones en su contra por parte de la fiscal que tomó el caso, de la que hoy señala incluso que ocultó antecedentes para acusarlo. Sin embargo, tras un largo juicio oral que se prolongó por once días, el Tribunal Oral en lo Penal de La Serena, en un veredicto contundente, lo declaró inocente y fue dejado en libertad en diciembre de 2013.

Tras este dictamen inició una larga lucha por recuperar a sus hijos, a los que no vio durante cuatro años, denunció a la fiscal que lo acusó injustamente y también demandó a su exesposa, casos que, dice, la fiscalía se ha negado a indagar.

Desde el mes de abril del presente año tiene a su cuidado a los dos menores, luego que los tribunales capitalinos le dieron la tuición, a pesar que la madre se fugó con ellos, hasta que fue ubicada por la policía y le entregaron a sus hijos.

EN LA ACTUALIDAD. Hoy se le ve tranquilo y desarrollando a plenitud su trabajo, el que recuperó como jefe de finanzas de un estamento del Estado, pero señala que se debe hacer completamente justicia por toda la injusticia que le tocó vivir.

Cree que la fiscal se empecinó con él y que ocultó información fundamental, como las pericias que realizaron peritos de la propia fiscalía y que señalaban que los menores fueron inducidos a mentir y que corrían serio riesgo al lado de su madre.

“Lo que me tiene más tranquilo es que tengo el cuidado personal de mis hijos, porque el tribunal de familia de San Bernardo (donde se los llevó a vivir la mamá) acogió la demanda que presenté y me otorgó el cuidado de ellos y viven acá conmigo”, señala.

Como la mujer huyó con los pequeños y fue ubicada posteriormente, el Ministerio Público de Santiago inició una causa por desacato y sustracción de menores en su contra, a lo que se suma el desacato al negarse a la revinculación de los menores con el padre ordenada por la Corte de San miguel.

De tal calibre eran las falsedades que inventó la madre de los menores que el fallo consigna que la explicación de lo perverso de las acusaciones hechas por la mujer era por problemas de orden psiquiátrico.

 

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