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Los especialistas de la Región debieron tomar medidas respecto a las rehabilitaciones de sus pacientes, ya que la ansiedad y el stress de la cuarentena han jugado en contra para la salud de las personas.

No hay duda de que la llegada del Covid- 19 ha dejado grandes estragos en nuestro país, los que no solo han sido en el sentido económico.

La salud de los chilenos de ha visto afectada tanto para quienes se han contagiado de este virus, y también para  otros grupos de enfermos, como es el caso de las personas con Parkinson. Estos pacientes requieren estímulos cognitivos recurrentes, los que han disminuido a causa del confinamiento, haciendo que en algunos casos sufran síntomas cognitivos y anímicos, los cuales podrían empeorar su rigidez y desequilibrio, con altos riesgos de caída, atrofia muscular e incluso, en extremos, postración.

A raíz de lo explicado es que en la Región de Coquimbo no han sido indiferentes al tema, y el Hospital de La Serena decidió tomar medidas para sus pacientes, los cuales han recibido asistencia por parte del equipo médico, quienes controlan a sus pacientes para que sus estados de salud no empeoren.

“Los pacientes son llamados para hacer un control telefónico y para ver sus necesidades. En caso de necesitar ayuda hemos hecho controles por videollamada y en casos muy necesarios han sido citados al hospital”, comenta María Eugenia Contreras, neuróloga del Hospital de la Serena.

Un tema que ha sido importante para los pacientes de Parkinson durante la cuarentena es la atención psicológica, ya que en algunos casos las personas han dicho sentirse con una movilidad más reducida de lo normal, esto producto de la ansiedad del confinamiento, el cual ha repercutido de manera negativa en los síntomas habituales.

“Los pacientes son llamados para hacer un control telefónico y para ver sus necesidades. En caso de necesitar ayuda hemos hecho controles por videollamada y en casos muy necesarios han sido citados al hospital”, Eugenia Contreras, neuróloga del Hospital de la Serena.

“Algunos pacientes tienen más temblores, otros se sienten más rígidos, otros se sienten más ansiosos, pero es clave el rol de la psicóloga que los ha acompañado y en conjunto les hemos dicho que probablemente este aumento de los síntomas es a raíz de su ansiedad, no necesariamente que la enfermedad ha avanzado”, asegura la neuróloga.

El hospital también se ha encargado de que una terapeuta ocupacional vaya a visitar a los pacientes para poder ayudarlos, y en otros casos de enviarles sus medicamentos a la casas cuando se han visto imposibilitados para poder retirarlos. “Hemos estado buscando estrategias para que los pacientes y sus familias se sientan más acompañados y así les podamos llevar el hospital a la casa”, acota Contreras.

 

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